La actividad humana genera incontables cantidades de desechos. Uno de estos son las aguas residuales, las cuales se definen como los recursos hídricos contaminados que pueden ser peligrosos si se expanden en el entorno sin el proceso de purificación.

Pero, hay que considerar que varían en el tipo de procedencia y de sus características. Para tener un conocimiento integral acerca de cómo buscar agua es necesario saber en qué se diferencian cada una.

Clasificación de las aguas residuales

Entre el 60% y el 85% del agua consumida se transforma en residual. Aunque varias maneras de clasificarlas, la más común es de acuerdo con su procedencia, encontrando los siguientes tipos:

• Domésticas

Son las generadas en ambientes de vivienda y de servicios, asociadas a las faenas domésticas y el metabolismo humano. Existen dos fuentes: cocina, donde se producen aguas con aceites, grasas o productos de limpieza; y baño, compuestas por mezcla de jabón, orina y heces.

• Industriales

Provienen de cualquier actividad comercial o industrial (fábricas, ganadería y agricultura, entre otras) que en sus procesos de producción, manipulación o transformación utilizan agua, la cual después de ser ocupada se contamina y es vertida a la infraestructura provista por la municipalidad del sector.

• Urbanas

Hace referencia a las aguas que contienen aguas residuales domésticas, industriales y aguas de escorrentía pluvial.  De estos tres componentes hay que tener en consideración que las domésticas siempre están presentes, el impacto de las aguas industriales depende del nivel de industrialización de la ciudad y de la cantidad de arrojamientos, y las de origen pluvial varía de acuerdo con la cantidad de lluvia.

Componentes de las aguas contaminadas

Los principales componentes de las aguas residuales urbanas (industriales y domésticas) son:

• Grasas y aceites que al contacto con el agua producen natas.
• Sólidos en suspensión que se pueden dividir en sedimentos y orgánicos.
• Nutrientes como fósforo y nitrógeno, provenientes de productos químicos como detergentes o excrementos humanos.
• Contaminantes emergentes que se atribuyen a productos relacionados al cuidado personal, la limpieza, y farmacéutica, entre otros.
• Arena, gravas y partículas de origen mineral o biológico.
• Agentes patógenos como bacterias, virus y parásitos.

Al momento de considerar utilizar herramientas efectivas para la perforación de pozos o estudios acerca de cómo buscar agua, es importante considerar que para este tipo de procesos se debe realizar el correcto mantenimiento y tratamiento de las aguas que reduzcan el peligro para las personas y medioambiente.