No realizar el mantenimiento adecuado de los pozos subterráneos puede ocasionar que disminuya su caudal. Algunos factores comunes que intervienen en la circulación del agua son la acumulación o incrustación de materiales finos en los filtros, la corrosión de las paredes, fugas en las tuberías, entre otros.
Los distintos métodos de mantenimiento pueden restablecer total o parcialmente el caudal, no obstante, esto dependerá del nivel de daño causando, de la calidad de los materiales, la correcta construcción de pozo, de la frecuencia de limpieza, y si se lleva a cabo el monitoreo necesario para detectar cualquier alteración a tiempo.
Métodos de mantenimiento de un pozo de agua
Aplicación de químicos
Para eliminar la acumulación de materiales en las rejillas de los filtros o en las tuberías del pozo, es necesario aplicar productos químicos capaces de retirar los restos de minerales y la arcilla u otros sedimentos propios de la construcción. Los hay en presentación líquida o granulado, que deben disolverse en agua antes de su aplicación.
Pistoneo
Este método consiste en introducir un pistón al fondo del pozo, para que, por medio de un movimiento de succión, vaya retirando materiales como arena, limo o arcilla incrustados en los filtros. Para este proceso, se hace uso del agua existente en el pozo, aunque también se puede inyectar aire comprimido o agua para realizar un sobre bombeo. Para que el agua quede libre de residuos, hay que realizar el bombeo de forma repetitiva.
«Encamisado» de pozo
Se utiliza cuando el agua ha corroído o afectado alguna parte del pozo. Si hay rotura en la tubería se sobrepone un tubo de diámetro menor. Usualmente, se pueden encontrar roturas alrededor de la bomba, porque la turbulencia aumenta la probabilidad de quiebre.
Antes de realizar el mantenimiento de un pozo de agua, es necesario realizar un diagnóstico previo, ya que de esto dependerá el tipo de método a utilizar. Tampoco hay que olvidar la desinfección y la revisión del sistema de bombeo.