La desinfección y el mantenimiento regular es sumamente importante para la vida útil de un pozo de agua. Dejar que pase el tiempo sin analizar su correcto funcionamiento puede provocar que reduzca su capacidad de bombeo, fallos, y por supuesto, una peor calidad de agua. Para evitar tales problemas, es mejor darles la atención que necesitan.

Mantenimiento en diferentes niveles

Limpieza del pozo

Los alrededores son un área importante a considerar dentro de las labores de limpieza del pozo. Es necesario limpiarlos y evitar la contaminación que se puede producir al caer aguas residuales en las cercanías, pues penetran la tierra y ponen en riesgo la napa freática subterránea.

Asimismo, si el pozo se utiliza para dar agua potable a animales domésticos o de granja, su abrevadero debe estar lejos del pozo. En ese sentido es necesario purificar el agua que ha recibido posibles residuos contaminantes.

Mantenimiento de sistemas, estructura y paredes 

Llevar a cabo un buen mantenimiento de sistemas se traduce en comprobar regularmente el estado de las tuberías, las bombas y todos los equipos involucrados, reparando cualquier tipo de avería que se encuentre.

Es recomendable ejecutar un revestimiento de las paredes del pozo al controlar en qué estado se encuentran. Así se previenen o se reparan roturas del encubado, que posteriormente se convertirían en la causa de contaminación del agua por filtración.

Lo mismo puede pasar si se perfora un suelo fisurado o permeable, que no cuente con una capa grande que proteja al pozo de sustancias tóxicas.

Control de la calidad del agua

Cada año es necesario realizar un análisis bacteriológico del agua para asegurar su calidad. Detectar productos químicos que pueden ser peligrosos para la salud es imperante en caso de riesgo de contaminación. Es muy común encontrar pesticidas, nitratos, metales pesados y compuestos orgánicos como hidrocarburos y disolventes. Por eso es importante mantenerlos a raya.

Otras razones para pedir análisis de laboratorio tienen que ver con cambios en el color, sabor u olor del agua, aparición de enfermedades extrañas en la zona o derrames de químicos y combustibles en las cercanías del pozo.