La radiestesia o rabdomancia es una práctica pseudocientífica para la cual ciertos estímulos (eléctricos, electromagnéticos) de un cuerpo pueden ser observados, decodificados y operados por medio de instrumentos simples para fines particulares. Los usos más comunes de la radiestesia se extienden a los ámbitos de la medicina alternativa y la búsqueda de agua subterránea, esta última gracias a la utilización de una varilla cuyo movimiento se interpreta como señal de la presencia del líquido, uso en el que nos interesa detenernos.
A continuación, revisaremos brevemente las implicancias de la radiestesia en la búsqueda de agua subterránea y su real efectividad.
Como adelantábamos en la introducción, la práctica de la radiestesia aplicada a la búsqueda de agua a menudo implica el uso de una varilla de madera o metal con la intención de captar estímulos o algún tipo de energía que indique la presencia de agua subterránea o napas freáticas.
Quienes practican la radiestesia indican que la varilla debe sostenerse de manera que la cabeza quede ligeramente inclinada hacia el suelo, las manos deben colocarse en los extremos de la horquilla y los brazos deben posicionarse de tal forma que la horquilla quede cerca del cuerpo y por encima del abdomen. Al percibirse algún movimiento en la varilla, supuesto signo de presencia de agua, una pierna debe flectarse con el pie en el suelo, posición que favorecería la confirmación de tal señal.
¿Realidad o mito?
El movimiento de la varilla radiestésica generalmente se atribuye a un efecto ideomotor, es decir una interpretación psicológica, pues no hay evidencia científica de la efectividad de la radiestesia como método de captación de señales externas a la psiquis del practicante.
En efecto, se han hecho algunos estudios al respecto y ninguno de ellos arrojó resultados positivos. Entre ellos, en 1948 se publicó en el periódico New Zealand Journal of Science and Technology un estudio en el que se evaluó la habilidad de 58 zahoríes para detectar agua, con resultados negativos. En 1990 se publica un estudio realizado por Hans-Dieter Betz y otros científicos en Múnich, con resultados igualmente negativos. En 1995, James Randi publica un libro titulado Fraudes paranormales, de la editorial Tikal, en el que se expone la radiestesia como una estafa.
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Acá en el campo hay una persona que practica la radiestesia y encontró agua en varios lugares donde después se hicieron pozos profundos. Mi vecino no lo creo y contacto un ingeniero. El ingeniero dijo que el agua se encontraba exactamente donde está persona había dicho que estaba. Y hay otra persona más! He estado presente buscando agua y tenido las varillas en las manos; las posiciones descrito arriba son innecesarios. A mi esposo que no creía en absoluto la vara se movió hacia abajo con tanta fuerza que le costó agarrarlo. La persona que se dedica a eso es muy amable y no está cobrando por él servicio; encontró agua por al menos a 5 vecinos y es allí donde tenemos nuestros pozo o vertiente