Las aguas subterráneas son una fuente vital de agua dulce para muchas comunidades en todo el mundo.
Estas aguas se encuentran debajo de la superficie terrestre y se clasifican en diferentes tipos según su origen, calidad y uso.
Te mostramos las principales:
Aguas subterráneas no confinadas: estas aguas se encuentran en un acuífero permeable y no están limitadas por una capa impermeable. Son conocidas como aguas subterráneas libres y pueden estar en contacto con la superficie. Estas aguas están sujetas a fluctuaciones en el nivel debido a la precipitación y la evapotranspiración.
Aguas subterráneas confinadas: se encuentran en un acuífero limitado por una o más capas impermeables. Son conocidas como aguas subterráneas confinadas y tienen una presión significativamente más alta que las aguas subterráneas no confinadas. Estas aguas son más estables y menos propensas a fluctuaciones en el nivel.
Aguas subterráneas salinas: contienen una concentración significativa de sales disueltas y son poco útiles para el uso humano o agrícola. Sin embargo, a menudo se usan en la industria para la generación de energía y para el tratamiento de aguas residuales.
Aguas subterráneas termales: tienen una temperatura elevada debido a la presencia de fuentes geotérmicas subterráneas. A menudo se usan para la generación de energía y en el sector turístico para el bienestar y la recreación.
Además de la clasificación por su origen y uso, las aguas subterráneas también se clasifican por su calidad.
La calidad del agua subterránea puede verse afectada por la contaminación, incluidas las actividades humanas, la agricultura y la industria.
Esta se mide mediante parámetros como la conductividad eléctrica, la concentración de cloro, el pH y la presencia de materia orgánica.
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