Los sondeos son perforaciones que se realizan en un terreno con el objetivo de captar aguas del subsuelo y también se utilizan para la investigación hidrogeológica.
Las perforaciones para la captación de aguas subterráneas han tenido un gran desarrollo debido al aumento en la demanda de recursos hídricos de mayor calidad, por este motivo se han expandido las redes de sondeos y piezómetros para la vigilancia y control de los acuíferos.
En un principio se denominaban pozos a aquellas excavaciones de gran diámetro y poca profundidad que se efectuaban en terrenos blandos, hechos de forma manual con el fin de extraer agua subterránea. Por su parte se denominaban sondeos a aquellas perforaciones realizadas con maquinaria que tenían un menor diámetro y mayor profundidad. Si bien en la actualidad los sondeos también son realizados para captar aguas subterráneas, se sigue denominando “sondeo” a las perforaciones realizadas para la investigación hidrogeológica.
En la actualidad prácticamente ya no se realizan pozos de manera manual y la maquinaria de sondeos permite ejecutar sondeos con diámetros cada vez más grandes, pero siguen siendo denominadas pozos cuando se trata de la captación de aguas. Las antiguas perforaciones con métodos manuales de grandes diámetros se les denomina en la actualidad “pozos abiertos”.
Los sondeos son estrechos y profundos llegando incluso a 500 metros de profundidad. Para sacar el agua desde las profundidades, se instalan motobombas y tuberías. Se revisten con tuberías metálicas ranuradas o agujereadas en la zona que atraviesa el acuífero para permitir el paso del agua. Si el acuífero cuenta con arenas muy finas que son arrastradas por el agua, se deben colocar filtros de gravas entre la pared del sondeo y la tubería ranurada.
En la construcción de sondeos estos deben ser cerrados al nivel de la superficie, para evitar el ingreso de objetos extraños que puedan contaminar el agua.
Existen dos principales etapas para la construcción de sondeos y la captación de agua subterránea, veamos algunos detalles.
Esta es una etapa fundamental en el proyecto, estos estudios son claves para determinar la ubicación, geometría del acuífero, los niveles piezométricos, caudales, entre otros aspectos.
En estos estudios se realizan inventarios de puntos de agua, piezometrías, análisis químico y reconocimientos geofísicos de la superficie. Todo lo anterior para llevar un proyecto constructivo correcto.
Con el fin de tener un rendimiento óptimo de la captación del agua, es imprescindible garantizar la calidad de la ejecución de la obra, manteniendo acorde la construcción con las previsiones de diseño plasmadas en el proyecto constructivo.