El agua subterránea suele contener residuos orgánicos o químicos que pueden afectar la salud del hombre. Por esta razón, el proceso de potabilización es importante, ya que a través de este se eliminan todos esos materiales, volviéndose apta para el consumo humano.
Si bien, las etapas de la potabilización del agua son específicas, hay tratamientos secundarios que se pueden añadir para mejorar la calidad del agua.
Este método elimina sales, virus y bacterias. Se recomienda para lugares con poco acceso a agua dulce y que quieren aprovechar el agua de los mares. Funciona añadiendo presión al agua salobre para que pase por una membrana permeable, quedando agua limpia del lado opuesto.
Es la opción que se apuesta para Chile, especialmente en zonas áridas donde se trabaja la minería, como en el caso de la región de Antofagasta.
Se utiliza para eliminar sustancias tóxicas y productos químicos por su alta porosidad, mejorando el olor y el sabor del agua. Es útil para aguas contaminadas con residuos industriales o agrícolas, ya que permiten retener metales pesados.
También funciona para eliminar la sal del agua. Por medio de un campo eléctrico continuo los electrolitos son enviados de una solución menos concentrada a una más concentrada. Para esto, se hace uso de membranas, las cuales llevan a cabo el intercambio iónico, acumulando de un lado los que se quieren desechar.
Sirve para eliminar sustancias orgánicas, por ejemplo, bacterias, desechos de alimentos, entre otros. Se introduce aire por medio de un campo eléctrico, y el ozono obtenido se transmite al agua a través de tecnología porosa. Para que logren disolverse, la concentración de ozono y el tiempo de aplicación deben ser los adecuados.
La potabilización del agua es un requerimiento en los centros ...