El mantenimiento de una bomba de pozo profundo constituye algo de suma importancia que debe realizarse de forma cuidadosa, por un lado para prolongar la vida útil del artefacto, y por el otro para mantener la necesidad de costosas reparaciones en un nivel mínimo.

A pesar de la complejidad de las bombas y la importancia en el mantenimiento de pozos profundos, lograr que este sea adecuado no suele representar gran dificultad. Algunos de los pasos más comunes para llevar a cabo el mantenimiento son las siguientes.

Inspección visual

La inspección visual y el mantenimiento preventivo deben incorporarse como parte de las rutinas de conservación. Un mantenimiento preventivo para monitorear niveles de bombeo, galones por minuto y el rendimiento de la bomba debe realizarse de forma anual. Se debe prestar especial atención a la condición del fondo del pozo, ayudado por cámaras que permitan monitorizarlo desde la superficie.

Prueba de flujo

La segunda parte en un proceso de mantenimiento típico. Una prueba de flujo permite, en base al análisis de la salida del sistema, determinar si se encuentra funcionando correctamente. Si el resultado está fuera de los límites normales, puede significar la existencia de un problema en la bomba, en el tanque de presión o en el sistema de control. Junto con la bomba de pozo profundo también deben ser analizados los sistemas eléctricos, el rendimiento del motor, y los niveles de presión.

Prueba de agua

El agua del pozo debe ser estudiada en búsqueda de bacterias coliformes, nitratos y otros posibles factores contaminantes de riesgo. Existen diversos tipos de pruebas que pueden utilizarse, desde el test B.A.R.T.S. a un reporte completo del perfil del agua.

Los pasos analizados constituyen los más comunes en todo proceso de mantenimiento de pozos profundos, representando la base para un correcto funcionamiento de las bombas destinadas a funcionar en tal entorno. Prestar atención a ellos se constituye, así, en algo de suma importancia para lograr un buen rendimiento de los pozos.