Un acuífero es una formación geológica conformada por rocas permeables que favorece el almacenamiento de agua en sus poros o grietas. Se ubican por debajo de la superficie terrestre y se dividen en dos zonas: la de saturación y la de aireación, conformadas por el agua retenida y el aire sobre ella, respectivamente. El tipo de rocas que permiten la filtración del agua al subsuelo suelen ser arcilla, arenisca, caliza o grava.

Cómo se forman las aguas subterráneas

Del agua dulce que se origina de la precipitación, una parte corre por la superficie terrestre formando ríos, arroyos, lagos y humedales, mientras que el resto se filtra en el suelo. Parte del agua filtrada es retenida por las raíces de las plantas o regresa a la atmósfera por efecto de la evaporación, el resto desciende hasta formar los mantos acuíferos, ubicados a distintos niveles de profundidad, incluso a varios kilómetros de la superficie. El agua subterránea puede regresar al exterior a través de manantiales o pozos artificiales.

Tipos de acuífero

Según su estructura, existen acuíferos libres, los cuales mantienen contacto directo con la superficie y confinados, que se encuentran cercados por dos capas impermeables, almacenando agua a una presión atmosférica distinta.

De acuerdo a su textura, los hay porosos o fisurales, los primeros se refieren a aquellos que poseen múltiples y pequeños poros conectados entre sí pero con poca permeabilidad. Los segundos son aquellos que presentan pequeñas grietas por las que circula el agua.

Por su comportamiento termodinámico se dividen en acuitardos, que almacenan bien el agua pero transmiten con dificultad, acuícludos, que solo almacenan y por último los acuífugos, que no almacenan ni transmiten.

Importancia de las aguas subterráneas

Existe un mayor porcentaje de agua dulce en los acuíferos que en el resto de la superficie de la tierra.  Estos son una importante reserva hidrológica y abastecen a un tercio de la población mundial.

Los acuíferos son susceptibles de contaminación por procesos naturales o por la acción humana, así como la sobreexplotación. Conocer cómo se forman las aguas subterráneas y su importancia como reserva beneficia el tomar medidas para su protección y conservación, por ejemplo, una buena gestión hídrica, un adecuado tratamiento de aguas industriales y prevenir la filtración de materiales contaminantes.