El análisis o estudio de suelos es un paso primordial para desarrollar proyectos o actividades relacionadas con la agricultura, las obras viales, las construcciones de edificios y también en la búsqueda de aguas subterráneas y construcciones de pozos profundos para su extracción.

En el caso del estudio de suelos para la búsqueda de aguas subterráneas, existe principalmente un grupo de métodos que son los más utilizados, acompañados siempre por herramientas específicas para poder ser llevados a cabo.

Revisemos, a continuación, en qué consisten estos métodos y las herramientas que requieren. 

Métodos geofísicos para estudio de suelos

Este tipo de estudio de suelos es el más utilizado en la actualidad para saber si en un terreno hay o no aguas subterráneas. 

La verdad es que los métodos geofísicos responden a una categoría de estudios de suelo que alberga varias variantes con una base en común: la medición de las propiedades físicas del suelo, sobre todo la propiedad eléctrica.

Como las aguas subterráneas freáticas están atrapadas en los acuíferos y sus rocas, lo que hacen los estudios geofísicos es, principalmente, ver si hay conductividad eléctrica que provenga del material rocoso (recordemos que todas las rocas son, algunas más otras menos, conductoras de electricidad).

Herramientas para análisis de suelos

Las herramientas que se requieren para estudios de suelos y su capacidad de conducir electricidad para la detección de aguas subterráneas son, ante todo, maquinaria tecnológica especializada.

Por ejemplo, el método que se basa en la resistividad por corriente continua, requiere de una máquina capaz de enviar este tipo de corriente por medio de dos electrodos, siempre entre los 50 y los 400 volts. 

También está el método que mide la reactividad a través del magnetismo. A diferencia del método anterior, aquí las máquinas utilizadas no requieren tocar el suelo y prescinden de electrodos. Sin embargo, estas herramientas de análisis de suelos no son muy precisas para zonas profundas, teniendo un alcance incluso menor a los veinte metros verticales. 

Finalmente están los equipos de punta que se requieren para la resonancia magnética protónica. Estas tecnológicas herramientas deben ser capaces de medir las señales que envían los núcleos del hidrógeno presente en las aguas freáticas. Una vez que se llevan a cabo estos y otros estudios para conocer el suelo y la presencia de aguas subterráneas, vienen etapas como la de sondaje para extraer muestras directas del suelo y poder analizarlas en laboratorios. El fin es obtener información geológica vital para la construcción de cualquier pozo de agua.