Los avances de la modernidad y sus beneficios sin duda son de gran ayuda para la humanidad, el agua y sus usos son importantísimos para los cultivos y la calidad de vida en general, sin embargo, con este progreso, alto demanda y consumo de agua potable, ha contribuido sustancialmente al agotamiento de este tan necesario recurso natural.
La crisis planetaria del calentamiento global, las sequias y los desequilibrios, afectan principalmente a la naturaleza y toda su gama de recursos, los cuales son vitales para nuestra existencia y buena calidad de vida.
Su relevancia se debe principalmente a que es la mayor cantidad de agua dulce accesible para todos, es esencial en la conservación de ecosistemas en lagos, lagunas, manantiales, humedales y cauces de ríos, al igual que otorga la regulación del agua dulce y salada en los acuíferos costeros. Es innegable que gran parte de las aguas subterráneas son usadas para el riego en la agricultura, alcanzando casi el 50%. Esto nos hace ser de gran aporte en evitar y agudizar la escasez hídrica, posicionando los pozos y nuestros suelos a nivel tanto nacional, continental y mundial.
Puede ser usada también como proveedora de agua potable, a nivel casero, siempre y cuando se logre el tratamiento acorde a su purificación. Es justamente aquí en donde nos concierne como especie, debemos lograr anteponerse al futuro y al consumo de este preciado bien.
El gran temor de este problema, debido al calentamiento global, es la baja de las precipitaciones, lo que afectaría principalmente a las regiones de alta población, de rápido crecimiento y por ende, mayores demandas en la exigencia de alimentos. La sequía y la contaminación del agua de la superficie situarán a las aguas contenidas en las rocas, como la gran carta estratégica para salvar a la humanidad.