Rehabilitación de pozos de agua | Sondagua

Rehabilitación de pozos de agua

Rehabilitación de pozos de agua

Es esperable que, conforme pasa el tiempo, la cantidad de agua que se puede bombear desde un pozo (rendimiento o flujo) en un tiempo determinado tienda a disminuir, sobre todo aquellos pozos que no fueron construidos ni acondicionados adecuadamente. 

Esta disminución en el rendimiento del pozo relacionada con el paso del tiempo puede deberse a: a) incrustaciones de depósitos minerales, b) bio-incrustación por el crecimiento de microorganismos, c) obstrucción física del acuífero (la capa saturada de arena, grava o roca a través de la cual se transmite el agua) por sedimento, d) bombeo de arena, e) corrosión de la rejilla o la carcasa, f) daño de la bomba.

A continuación revisaremos brevemente algunos de estos problemas más comunes y algunas medidas para afrontarlos.

Rehabilitación de pozos

Las medidas tomadas para corregir los problemas habituales en torno a los pozos de agua constituyen lo que llamamos rehabilitación o restauración de pozos. En definitiva, una rehabilitación exitosa implica maximizar el flujo de agua del pozo y dependerá siempre de las características propias del problema o desperfecto en particular.

Detección del deterioro

Para detectar el deterioro del rendimiento de un pozo, es necesario un punto de referencia. A menudo, esta referencia es el funcionamiento original del pozo (recién construído) sumada a los datos de prueba de la bomba. Sin embargo, en ausencia de esta información, cualquier cambio significativo en el pozo advertido oportunamente constituirá una señal de advertencia suficiente para tomar medidas. Algunas de estas señales de alerta pueden corresponder a la disminución de la tasa de bombeo o del nivel del agua, presencia de arena o sedimentos (nubosidad), pérdida de la profundidad total del pozo.

Métodos de rehabilitación

Los dos mecanismos más habituales de rehabilitación de un pozo de agua son: a) aplicación de productos químicos encargados de disolver los materiales incrustados y b) la limpieza física.

Los métodos de limpieza física pueden desarrollarse mediante el uso de un cepillo mediante su conexión a un taladro de perforación, la limpieza mediante agua dirigida a alta presión, la hidrofractura o la agitación de pozos. Estas últimas tres técnicas consisten, básicamente, en inyectar agua y productos químicos en el pozo bajo presión extrema. 

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