Una planta de tratamiento de aguas residuales es una instalación en la que el agua se somete a procesos que eliminan cualquier elemento que genere contaminación. Así, se evitan problemas de salud de consumidores, se protege el medioambiente de las fuentes de agua que llegan al mar o a los ríos e incluso el agua puede reutilizarse, aunque no para uso doméstico.
Por tratarse de una labor ingenieril, es necesario que la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales sea realizada por expertos. En este artículo revisaremos brevemente este proceso.
El primer paso para cualquier obra de construcción es la investigación que lleve a la decisión de qué lugar es el más óptimo, en atención a sus características y el tipo de construcción que se desea. Conocer el terreno es fundamental para elegir el tipo de base y determinar los requerimientos estructurales.
El paso siguiente al de la elección del lugar en que se emplazará la planta de tratamiento, es el diseño de un plano general en el que se aprecie la estructura completa y cada una de sus partes.
Una caja derivadora es un artefacto que se encarga de realizar derivaciones subterráneas para la continuación de líneas de alimentación y suministro. Está compuesta por dos conductos: uno recibe el agua y el otro la deriva hacia el desarenador. Dado su diseño, su manipulación e instalación es sumamente sencilla, ocupando poco espacio.
Al igual que la caja derivadora, el desarenador posee dos conductos, uno de entrada y otro de salida. Su función es capturar los materiales pesados transportados en el cauce del agua y eliminarlos.
La zanja de bombeo, de forma circular, es un dispositivo de paso cuya función es almacenar transitoriamente el agua para luego ser bombeada hacia el estanque desde el cual será distribuida. Es necesario que este dispositivo se conecte con el desarenador.
El reactor anaerobio es una de las partes más fundamentales de la planta de tratamiento del agua, pues en él se realiza el tratamiento en sí.
Finalmente, el estanque distribuidor se encarga de aminorar la presión del agua para poder ser distribuida hacia los reactores.