Actualmente se estima que el 97 % de la disponibilidad de agua dulce de nuestro planeta corresponde a depósitos subterráneos. Por ello, es importante conocer todos los datos interesantes sobre cómo se forman las aguas subterráneas y su regulación en Chile:

El recurso vital

El agua subterránea es el suministro de agua potable para más del 50% de la población, el 40% del agua que se utiliza para la irrigación y cubre más del 25% de las necesidades industriales.

El uso abusivo de esta ha conllevado una escasez de agua, agotamiento de las aguas de escorrentía, aumento del coste de bombeo, contaminación mediante sales, subsidencia del terreno y contaminación del agua subterránea.

Cabe destacar que el agua subterránea además compensa el flujo de escorrentía. Gran parte del líquido que fluye a través de los ríos no proviene de forma directa de la lluvia y de la fusión de la nieve, pues un alto porcentaje de la precipitación se infiltra y luego se desplaza de forma lenta bajo tierra hasta las denominadas napas subterráneas. Así entonces, esta es una forma de almacenaje que permite mantener las corrientes fluviales en los períodos de ausencia de precipitaciones.

En este proceso, el agua cubre el terreno porque el lecho de roca, el sedimento y el suelo presentan incontables aperturas o porosidades.

Limitaciones y regulaciones en Chile

En Chile, la posibilidad de limitar las extracciones de aguas se contemplaron desde el año 1983 en la Resolución DGA 207. En ella se establecen las zonas de restricción y prohibición, sin embargo, esta no hace alusión a la administración de ellas.

Dado esto último, el año 1996 se dictó la Resolución DGA 186, en donde se establecen las Comunidades de Aguas para regular su uso.

Actualmente las aguas subterráneas en Chile se encuentran reguladas en el Libro I, Título VI del Código de Aguas en los artículos 56 a 60. Del mismo modo, se regulan administrativamente por la Resolución DGA nº 425 del año 2008.

Las aguas subterráneas son un recurso que necesita ser explotado de manera correcta para un buen aprovechamiento de este líquido y si nos preguntamos cómo se forman las aguas subterráneas, la respuesta es sencilla, pues a través del ciclo hidrológico y las porosidades que presenta el suelo, el líquido escurre hasta las capas más bajas para almacenarse.