Los acuíferos subterráneos son los principales recursos utilizados para el abastecimiento de agua potable, tan solo para el consumo diario se utilizan hasta 5 litros por persona, mientras que para la producción de alimentos se utilizan hasta 5 mil litros de agua.   

Sin embargo, a pesar de la importancia para la subsistencia humana, se considera que hasta el momento el 20% de las aguas subterráneas están siendo sobreexplotadas, contribuyendo al agotamiento de este recurso.

El agua cubre el 70% de la superficie terrestre y más del 90% es salada. Sólo el 2,5% es agua dulce, que se obtiene, en su mayoría, de lagos, ríos y glaciares, así como de acuíferos poco profundos. Se considera que solo el 0.62% tiene la condiciones para el consumo humano, por lo que la construcción de pozos de agua subterránea ha sido indispensable para aprovechar tales recursos.

Clasificación de las aguas subterráneas por yacimiento

Si bien, las aguas subterráneas se pueden diferenciar dependiendo de su composición química y ciclo hidráulico, también se pueden clasificar por su yacimiento. 

Aguas suspendidas

Las aguas suspendidas son zonas a poca profundidad de la superficie. Usualmente, estas aguas están por encima de un área impermeable y un área permeable, que al ser atravesadas dan paso a caudales abundantes. Es importante que, al introducir los pozos, estos no sobrepasen la capa impermeable, sino el agua se secará. 

Aguas freáticas

Estas aguas se acumulan en los poros de la roca, arena y grava que se encuentran en la primera capa impermeable. Está por debajo de las aguas suspendidas, por lo que no se encuentra a gran distancia de la superficie. 

Aguas confinadas

A diferencia de las anteriores, las aguas confinadas están entre dos capas impermeables, lo que hace que la presión sea superior a la que se encuentra en la superficie. En el caso de las semiconfinadas, estas están entre una capa semi-impermeable y otra impermeable.

Aguas artesianas

Están acumuladas en las zonas ondulares de las capas de las rocas, específicamente, en los pliegues sinclinales y monoclinales. Los primeros tienen forma de cuna y los segundos forma de «s».

Si bien, la clasificación anterior engloba aguas de poca profundidad, estás requieren de una construcción profesional de pozos de agua subterránea para recurrir al sondaje apropiado, evitar la contaminación de los acuíferos y aprovechar al máximo los caudales, los cuales pueden llegar a ser de poca extensión en las primeras capas.