El proceso de purificación de agua por osmosis inversa es una de las mejores alternativas para contar con agua potable de buena calidad utilizable en el hogar o la industria, ya sea para consumo humano directo o como parte de los procesos productivos.
El agua purificada es un insumo básico en la industria de alimentos, frutícola y vitivinícola, en el lavado de productos o en su elaboración, para la producción animal, la agroindustria o para sistemas de riego especializados.
Entre los procesos más eficientes para la purificación del agua se encuentra la osmosis inversa, que emplea un método físico para separar impurezas.
No se utilizan agentes químicos para la eliminación de bacterias, tales como el cloro, que modifican la composición y el sabor del agua, y tampoco son necesarias grandes instalaciones como las que implican los procesos de filtrado o tanques de decantación, que requieren de espacio y de personal especializado.
El sistema de osmosis inversa se basa en la propiedad de los líquidos de compartir sustancias para igualar la presión entre ellos (osmosis). En este caso, se genera presión para realizar el proceso inverso, separando elementos por medio del paso del agua a través de membranas semi permeables que separan impurezas o elementos contaminantes.
El agua pasa de un contenedor a otro por la diferencia de presión inducida artificialmente, dejando las impurezas en el contenedor anterior.
El equipo de osmosis inversa consiste en una serie de contenedores, de tamaño variable, y un sistema que induce presión al agua. Adicionalmente se emplea un pre filtrado para eliminar sólidos o materia de mayor volumen.
Entre sus beneficios se encuentra la producción de agua apta para el consumo humano y animal, y como insumo para la industria, con la posibilidad de reutilización por la eliminación de materia orgánica, microorganismos y sales.
Por su eficiencia, ha sido recomendada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos incluso para la eliminación de elementos radioactivos.
Estas son, en resumen, algunas de sus ventajas:
La potabilización del agua con un equipo de osmosis inversa no emplea agentes químicos para eliminar microorganismos, lo que permite su consumo humano en condiciones seguras, sin sabores indeseados y sin elementos que a la larga pueden resultar nocivos.
La osmosis inversa induce la separación de impurezas a nivel microscópico, lo que asegura la eliminación de microorganismos, materia orgánica suspendida, elementos solubles o sales, además de los desechos sólidos que son separados de manera tradicional por medio de filtros.
La osmosis inversa puede producir agua potable por la eliminación de sales, lo cual permite purificar agua de mar y separar aquellos elementos que pueden producir corrosión en productos y equipos.
La instalación de un equipo de osmosis inversa permite establecer ciclos de reutilización de agua para diversos procesos, en lugar de desecharla en efluentes con afectación al entorno.
La posibilidad de emplear sistemas de osmosis inversa reduce las inversiones para obtener agua purificada, debido a que su tamaño, capacidad de procesamiento y costos están en función de las necesidades de los usuarios.
En resumen, la osmosis inversa es una de las mejores opciones para la purificación de agua, a bajo costo, segura, sin efectos negativos para el entorno y capaz de adaptarse a diversos volúmenes según las necesidades.