Teniendo en cuenta la velocidad con que se puede pasar de una situación de disponibilidad plena de agua a una de escasez, resulta fundamental para las empresas implementar diferentes métodos de almacenamiento de agua potable que permitan aprovechar el líquido proveniente de la lluvia como del subsuelo.
De acuerdo con el documento Captación y Almacenamiento de Agua Lluvia, publicado por la FAO, la estructura de depósito ideal para el líquido vital es aquella que cumple con los siguientes requisitos:
En ese sentido, entre las mejores soluciones de almacenamiento de agua potable cabe destacar las siguientes, haciendo la salvedad de que la potabilidad del agua dependerá de los métodos de tratamiento implementados durante la captación, depósito y distribución del líquido:
Son reservorios de agua cerrados, construidos con diversos tipos de material donde destaca el PVC (cloruro de polivinilo). Básicamente, se componen del estanque de almacenamiento, un sistema filtrante y el área de captación.
De acuerdo con el documento de la FAO citado anteriormente, son ideales para guardar la escorrentía de techos, agua generalmente más limpia que la captada de otras fuentes. Y en cuanto a su capacidad de almacenaje pueden alcanzar los 50 metros cúbicos.
Los tanques o estanques destinados a la reserva de agua pueden ser elevados, apoyados o enterrados, y están diseñados para almacenar líquidos y/o procesarlos. Además, presentan diversas formas (rectangular, cuadrado, trapezoidal, etc.) y diferentes materiales constructivos, siendo los más comunes el hormigón y la mampostería. En todo caso, resulta de vital importancia el revestimiento impermeabilizante ya que es el que evita las pérdidas de volumen por infiltración. Entre estos, son bastante eficaces la argamasa y los productos sintéticos como el PVC.
Cabe señalar que representan un sistema ideal para la preservación y distribución de volúmenes considerables del líquido vital; por lo que son aptos para las grandes industrias y complejos agrícolas.
Su forma cónica los hace excelentes para el depósito de agua. Además, son de fácil colocación y presentan diferentes capacidades de almacenaje que oscilan entre los 500 y los 10.000 litros.
Aunque no son propiamente un sistema de almacenamiento, sino de captación, los aljibes son perfectos para reservar el agua subterránea que, según estudio de experto del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Universidad de Buenos Aires, presenta las siguientes ventajas:
No obstante, el diseño tanto del aljibe como del sistema de tratamiento y distribución del agua requiere de conocimientos complejos para garantizar la continuidad de los ciclos hídricos y la potabilidad del agua.
En todo caso, el uso de cualquiera de estos métodos de almacenamiento de agua potable resulta plausible para las empresas agrícolas, agroindustriales e industriales. No obstante, hay que recordar que, si un sistema de depósito de este recurso no es adecuado, es mal manejado o no recibe un correcto mantenimiento, se pueden presentar pérdidas considerables de volumen a causa de la evaporación, infiltración y escapes.