Hay situaciones en las que no queda más que usar la fuerza de las propias manos. La construcción de un pozo de agua artesanal es una de ellas.
Para llegar a tener un pozo de agua por medios artesanales, hay que estar dispuesto a cavar bastante, siempre escoltado por herramientas como palas y picotas. A través de este método se puede llegar a construir un pozo poco profundo, es decir, que sea de entre 8 y 20 metros en su verticalidad.
Como sólo se utiliza la fuerza humana y herramientas sencillas, se trata de un medio económico para la construcción de pozos de agua. Sin embargo, lo barato a veces cuesta caro.
A grandes rasgos, podemos clasificar los pozos artesanales en dos grupos: los pozos temporales y los pozos permanentes.
Los pozos temporales suelen tener una profundidad inferior a los 10 metros, así como un sencillo revestimiento basado en ramas o paja. Sirven para extraer volúmenes pequeños de agua y deben volver a construirse regularmente, producto de los derrumbes a los que se ven expuestos.
Los pozos artesanales permanentes, por su parte, son más profundos que los anteriores, alcanzando incluso un par de decenas de metros. El sistema de contención de sus paredes suele ser bastante simple, basándose principalmente de la madera para dicho propósito. Presentan una vida más longeva que los pozos temporales, pero también es común tener que reconstruirlos producto de degradaciones en el terreno que afectan su estructura.
Como son poco profundos, los pozos artesanales se ven más expuestos a sufrir los embates de la contaminación presente en la superficie. Y por ser poco profundos, también pueden ver agotadas sus reservas de agua tempranamente en comparación con los pozos profesionales que alcanza varias decenas de metros de profundidad.Otro contra que tienen los pozos artesanales son los peligros que derivan de su construcción. Lamentablemente son comunes los deslizamientos de tierra y los derrumbes al realizar la excavación. Por ello, lo aconsejable es no emprender su construcción en terrenos blandos como arenas y arcillas. Y por muy artesanal que sea, siempre hay que asesorarse por alguien que tenga la experiencia, los conocimientos y las competencias que permitan garantizar la seguridad de todos los que trabajen en la construcción del pozo.