Las profundidades suelen esconder muchos secretos y maravillas. Una de ellas son las aguas subterráneas que sigilosamente se encuentran bajo nuestros pies, la mayoría de las veces sin que notemos su presencia acá en la superficie.
Gracias a la curiosidad, la inquietud y la necesidad, el ser humano ha podido llegar hasta las aguas subterráneas para aprovechar todos sus beneficios. Y con los avances, se ha podido determinar que existen diferentes tipos de aguas subterráneas dependiendo de las diferencias geológicas y geográficas, entre otros factores.
Una clasificación que se puede hacer de las aguas subterráneas es la siguiente, tomando en cuenta el lugar o el yacimiento en el que se encuentran.
Las primeras son las aguas suspendidas. Su nombre ya nos da pistas: son las aguas subterráneas de menor profundidad, en lo que se denomina la zona de aeración.
A continuación están las aguas freáticas que son las de mayor extensión. Se encuentran en la primera capa subterránea impermeable. En este punto es donde se forman los acuíferos que son las porciones rocosas de terreno en las que se acumulan las aguas subterráneas.
En tercer lugar están las aguas confinadas que se encuentran “atrapadas” entre dos capas continuas e impermeables.
Finalmente está el tipo de agua subterránea que nos convoca: las aguas artesianas. Estas aguas son las de mayor profundidad y descansan en los pliegues de las rocas, ya sean monoclinales o sinclinales.
Las aguas artesianas se presentan, entonces, cuando los acuíferos tienen pendiente (cuenca artesiana). Así, el agua subterránea de la zona más baja está sometida a una presión altísima, fenómeno que da vida a las aguas artesianas.
Para llegar a las aguas artesianas es necesario construir un pozo de alta profundidad que puede ser de más de 100 m. Para ello hay que traspasar las rocas y los otros materiales que confinan o no permiten el paso del agua.
A diferencia de las otras aguas subterráneas, cuando las aguas artesianas se aprovechan a través de la construcción de un pozo, éstas suben sin necesidad de utilizar una bomba, pudiendo incluso salir del pozo hasta la superficie.
Este fenómeno se produce por las diferencias de presión: las aguas artesianas están sometidas a una presión mayor que el resto de las aguas subterráneas y, por supuesto, mayor que la superficie terrestre.
Cabe señalar que la calidad del agua artesiana y sus usos no difieren de las aguas menos profundas de un acuífero. La principal diferencia es la que hemos expuesto: la presurización a las que están sometidas, lo que las hace llegar a la superficie de una manera diferente al resto de las aguas subterráneas.