Conforme pasa el tiempo y nuestro pozo profundo se va deteriorando, la frecuencia y rapidez de bombeo (rendimiento o flujo del pozo) tiende a disminuir, sobre todo en aquellos pozos que no se construyeron de forma óptima, lo que finalmente determina que queden en desuso.
La rehabilitación se trata de restablecer pozos en desuso o aquellos cuyo rendimiento sea muy bajo, dado el paso del tiempo, para recuperar su estado original o incluso mejorar su antigua productividad, a través de distintos tipos de procedimientos y técnicas de restauración.
En el presente artículo nos referiremos a la rehabilitación de pozos y qué tener en cuenta antes de llevarla a cabo.
Lo primero que debes tener en consideración antes de tomar una decisión, es que existen diversos motivos que pueden hacer necesaria la rehabilitación de un pozo. Entre ellos, que la profundidad se vea demasiado reducida como para contar con la cantidad suficiente de agua, o bien, directamente la reducción significativa del caudal de agua. Además, la contaminación de la fuente subterránea, que puede deberse a múltiples motivos (cercanía de letrinas, basuras, excrementos de animales; la insuficiencia del encubado de hormigón o la degradación del entubado del pozo), es otra de las razones frecuentes para rehabilitar un pozo. Asimismo, la reducción del nivel de la capa freática, fallas en los equipos (bomba, cabrestante, etc.), suciedad en los accesos al pozo y, en general, descuidos en torno al mantenimiento.
En segundo lugar, antes de llevar a cabo una rehabilitación es fundamental aplicar un análisis que determine si la operación es efectivamente viable respecto de las condiciones del pozo, la técnica o método que se utilizará y los costos, a partir del estudio del desgaste y fallas observadas en el transcurso del tiempo, su regularidad y origen.
Tal vez el aspecto central a considerar antes de una rehabilitación sea constatar un mantenimiento inadecuado del pozo o directamente la ausencia de mantenimiento, condición de la cual, en definitiva, se derivan las demás causas que hemos mencionado, básicamente la disminución del caudal y la degradación de la calidad del agua. En otras palabras, si tras el diagnóstico observamos deficiencias vinculadas con la ausencia o deficiencia en el mantenimiento, probablemente sea necesario una rehabilitación.